PINTURA ROMÁNICA

PINTURA ROMÁNICA

CARACTERÍSTICAS.

Es un arte de función docente, narrativa, tendente a la formación de los fieles, buscando su formación piadosa. Es un arte muy simbólico, no naturalista, que da una imagen del mundo espiritual. Dios es un juez terrible y apocalíptico, lejano, que exige sometimiento.

La pintura puede ser mural o sobre tabla, pues se vincula a los muros del interior —en los que se utiliza la técnica del fresco—.

Las formas son simples, casi geométricas. Los colores son planos, sin preocuparse de crear espacio en profundidad.

La miniatura es muy importante, por su carácter docente y como testimonio y difusor de los temas y estilos.

Se caracteriza por un dibujo grueso (linealidad), que contornea enérgicamente la silueta y separa con un trazo negro cada superficie cromática; con esta intensificación se explota el poder del dibujo para la construcción de formas. La seguridad de la siluetación es admirable en las superficies curvas de los ábsides, en las que los artistas llegan a sentirse tan cómodos como en el trabajo de superficies planas.

Hay un color puro, sin mezclas, o a lo sumo con dos tonalidades. Se prefiere el plano cromático amplio, en el que se obtienen efectos violentos y con el que se expresa muchas veces algún simbolismo medieval.

Hay una carencia de profundidad y luz. Es una pintura bidimensional y plana. Las figuras se disponen en posturas paralelas a manera de relleno de un plano, y con frecuencia resaltan sobre un fondo monocromo o listado en franjas horizontales de diversos tonos. Al no proceder a la mezcla de los colores las escenas carecen de vibración lumínica, ausencia que contribuye a resaltar de forma más poderosa la geometría de las formas.

Es una composición yuxtapuesta; preferencia por las figuras frontales y por la eliminación de cualquier forma que rompa el plano. En los grupos las figuras no se relacionan hasta el románico tardío, alrededor de 1200. La composición geométrica es compleja: triángulos, pirámides, cuadrados, círculos. Las figuras son hieráticas, sin movimiento, simples y estilizadas, sin canon (con un canon alargado al final del románico).

El muro se prepara al fresco de forma tan concienzuda, aplicando los colores sobre una capa fresca de cal absorbente (lo que ha conservado muchas obras) que, arrancadas las pinturas de Berlanga o de Tahull, quedan siluetas y colores adheridos a la cal; quizás los toques finales se dieran con temple, lo que ha contribuido a mantener la viveza de los tonos.

El antinaturalismo y simbolismo tienen un gran poder expresivo, que equilibra la falta de realismo  y la tendencia a la esquematización. Este antinaturalismo extremo sigue la escuela bizantina: el artista prefiere plasmar vivencias antes que reproducir formas reales. No hay fondos de perspectiva ni paisajes.

El género por excelencia es la pintura mural, y los mosaicos de influencia bizantina se usaron sólo en Italia (catedral de San Marcos de Venecia), pero también se pintaron frontales de altar. En España abunda la pintura al temple sobre tabla en los frontales de altar (Cataluña y Aragón), con una temática variada: Cristo, Virgen, Santos. El esquema es simétrico, generalmente en tres calles verticales. Destacan los frontales de Seo de Urgel y de Aviá.


 

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